Carta del Cabildo de Quito (1 de junio de 1639)

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Carta del Cabildo de Quito para el Señor Virrey Conde de Chinchón.

Excelentísimo Señor: Su carta de Vuestra Excelencia de treinta y uno de Marzo de este año recibimos hoy con la Cédula de Su Majestad, Dios le guarde; y como este Cabildo y Ciudad está siempre tan dispuesto y lo ha estado al servicio de su Rey y Señor, procura también continuarlo en la ocasión que Vuestra Excelencia escribe, teniendo por muy justo que como fieles vasallos acudamos todos en cuanto de nuestra parte fuere, al remedio del aprieto y necesidades en que se halla esta Monarquía y al paso que son grandes nuestros deseos de acudir a causa tan precisa, lo es el sentimiento de ver que no pueden corresponder las cortas fuerzas de esta tierra, a los grandes ánimos con que nos disponemos a todo lo que toca al servicio de Su Majestad; porque en esta Ciudad y su distrito hay tanta miseria y tan poco de qué pueda sacarse dinero por no haber minas, ni tener más salidas de sus cosechas que sólo son de trigo y maíz, que el gustarlas (de) los (frutos y sementeras) que las (re)coger y algún tratillo (comercial) que había en la cría de ganados y (la) labor de paños, ha dado tal baja que (no) es (de) mucho (remedio ni sustento) se conserve(n) aún en el mal estado que esta(n) y el poco dinero que en la provincia de Lima se había de sacar de esto, retorna en Vino y otros muchos géneros de que es falta (y necesitada) esta provincia, y con lo que le entra de ropa de Castilla de(sde) la (Ciudad) de Cartagena, viene a quedar del todo sin verse plata en esta Ciudad. Y con todo eso, por hacer bien a sus Vecinos y que no se acabe su miserable población, ha tomado este Cabildo de algunos años a esta parte las Alcabalas en Encabezamiento por siete mil pesos cada año y en muchos de ellos (se) ha puesto grandes cantidades de sus Propios, teniendo por imposible llegar a enterar (toda) esta cantidad sin la destrucción de los más de sus vecinos y faltando partes para los aderezos de los caminos, puentes y fuentes y otros ministerios a que están destinados los Propios, teniéndolos por bien empleados, habiendo con ellos servido a Su Majestad en lo que se ha suplido a sus Reales Alcabalas. Este es, Señor Excelentísimo, el lastimoso estado en que se halla esta Ciudad y su distrito, y no obstante esto, hasta donde alcanzare su posibilidad llegará con deseo de ser buenos ejecutores de lo que Su Majestad nos manda, en que obra mucho el venir por mano de Vuestra Excelencia, a cuyo gobierno con tantas experiencias se halla obligada esta Provincia y esperamos que lo estará esta Ciudad, representando Vuestra Excelencia a Su Majestad nuestros fieles afectos a su servicio y condoliéndose de la pobreza de esta tierra, para que lo uno y otro obligue a que recibamos siempre de Su Majestad los favores y mercedes que le tiene merecidos tan leales vasallos, que con la intercesión de Vuestra Excelencia nos podemos prometer mucho, pues todo lo queremos para emplearlo en servicio de nuestro Rey. Guarde Dios a Vuestra Excelencia con las prosperidades que desea. Quito, Primero de Junio de Mil y seiscientos y treinta y nueve. Y con esto habiendo el dicho General y Corregidor dado las gracias a este Cabildo, del afecto con que sirve a Su Majestad y es ejecutor de sus Reales Ordenes, se acabó y lo firmaron.

Don Juan Vázquez de Acuña. Don Diego Sancho de la Carrera, Cristóbal de Herrera. Andrés de Orozco Guzmán. Alonso de Troya Pinque. El Licenciado Juan de Valencia León. Don Juan de la Puente. Don Francisco de Villegas Santamaría. Francisco Suárez de Figueroa. Francisco Rebelo. Pedro Vázquez Feijóo. Agustín Fernández Velásquez. Por mandato del Cabildo, Justicia y Regimiento Ante mí, Jerónimo de Castro.

Escribano Publico y del Cabildo.

Bibliografía[editar]

  • Garcés G., Jorge A. Libro de Cabildos de la Ciudad de Quito 1638 – 1646 Versión de Jorge A. Garcés. G. Volumen XXX. Editado por el Departamento de Educación y Cultura de la Municipalidad de Quito. Agosto de 1960 Quito –Ecuador. Páginas: 80 y 81.