Carta del Vice Cónsul de Su Majestad Británica en Iquique al respecto de los prisioneros de la "Esmeralda"

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Los prisioneros de la “Esmeralda”[editar]

A Mr. J. V. Drummond

Encargado de Negocios de Su Majestad Británica

Iquique, junio 16 de 1879

Querido señor:

Su carta de 7 del corriente llegó oportunamente a mi poder y me es satisfactorio decirle que he podido llenar los deseos del Gobierno de Chile contenido en ella. Después de consultar al general Buendía, que manda las fuerzas peruanas y que me dio todas las facilidades, conseguí una entrevista con los prisioneros de guerra chilenos y entregué al teniente Uribe, según recibos que se encontrarán adjuntos, la suma de 810 pesos, moneda corriente de Chile. Por esta suma he hecho dos giros contra US., a tres días vista, a saber: 453 pesos 58 centavos a favor de J. M. Anthony y 357 pesos a favor de los señores J. Gildemeister y C’ que US., tendrá a bien honrar a su presentación.

El teniente Uribe me informó, además, que no creía que ellos (los oficiales) necesitarían sus sueldos todos los meses; y que me avisaría cuando exigieran más fondos, de manera que yo no giraré contra US., sino cuando me haga esta petición.

Con referencia a la condición y tratamiento de los prisioneros, tengo el placer de decir a US., que ellos se expresan bien sobre la manera como se les trata. Por mi conocimiento personal puedo informar a US., que se les envía su comida del club de aquí, y que es la mejor que puede obtenerse en las presentes circunstancias.

Se les permite vino, cigarros, cerveza; y se les ha suministrado a cada uno un colchón, ropa de cama, ropa interior, zapatos y trajes, hechos los últimos, según orden, por el mejor sastre que hay en la ciudad.

Todos estos gastos son hechos por el Gobierno peruano.

Sus cartas llegan y son remitidas con entera libertad; y aún cuando las últimas deben ser mandadas abiertas, las primeras le son entregadas intactas. He entrado en estos pequeños detalles, porque si existe en Chile la impresión de que ellos no son bien tratados, creo que esto debe ser contradicho. Hablando con toda imparcialidad, creo que los peruanos, en su trato a los prisioneros de guerra dan un ejemplo que puede darles crédito ante cualquier nación. También he visitado el cementerio y he visto que el prefecto ha ordenado ya que las tumbas del capitán Prat y del teniente Serrano sean señaladas por dos cruces sencillas con sus respectivos nombres, pintados de una manera legible, de modo que cuando la ocasión se presente, no habrá dificultad para identificar los restos de esos oficiales.

Debo agregar que he experimentado un gran placer en haber sido útil en este asunto; y pidiendo a US., no deje de darme órdenes cuando se necesite algo en Iquique, quedo de usted, querido señor, atento seguro servidor.

M. Jewell

Vice cónsul de Su Majestad Británica


A Mr. J. V. Drummond[editar]

Ministerio de Asuntos Exteriores de Chile

Santiago, junio 27 de 1879

Señor:

Junto con la estimable nota que US., se ha servido dirigirme el 24 del presente, he tenido la honra de recibir una copia del oficio que el señor vice-cónsul británico en Iquique envió a US., el 16 del mismo mes.

Mi Gobierno no ha podido instruirse de ambas piezas sin experimentar complacencia. Merced al benévolo concurso de US., y a la acción diligente del señor Jewell, se han logrado satisfacer cumplidamente los deseos de mi Gobierno y obtenido, respecto de la condición en que se encuentran los prisioneros chilenos, noticias tranquilizadoras que serán acogidas en nuestro país con particular satisfacción.

Mi Gobierno toma nota con placer de la cortesía y delicadeza con que las autoridades del Perú tratan a los marinos de la “Esmeralda”, y no necesita agregar que a esa conducta generosa procurará corresponder dignamente, si las inciertas contingencias de la lucha le presentan más tarde la oportunidad de hacerlo.

Dígnese US., aceptar por su parte y transmitir al señor vice-cónsul británico en Iquique los sentimientos de gratitud de mi Gobierno, junto con las consideraciones de alta estimación con que soy de US., A. y S. S.

Jorge Hunneus


  • Trascrito de: Guillermo Thorndike, “1879”, Libre Editores S.R.L., Lima, 1977.