Batalla de Corpahuaico

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Batalla de Corpahuaico
Independencia del Perú y Guerra de independencia hispanoamericana
Parte de guerras de independencia hispanoamericanas y Guerra de Independencia de Perú

Ayacucho
Fecha 3 de diciembre de 1824
Lugar actualmente Acocro /Huamanga, Ayacucho, Perú
Resultado Victoria táctica realista. Sucre prosigue su retirada estratégica.
Beligerantes
Bandera de Perú Perú
Bandera de la Gran Colombia Gran Colombia
Bandera de España Monarquía Española
Comandantes
Antonio José de Sucre
Jacinto Lara
José de la Serna
Jerónimo Valdés
Fuerzas en combate
Ejército Unido Libertador del Perú Ejército Real del Perú
Bajas
>700 el total de bajas (muertos, desaparecidos y heridos):[1]
300 muertos[2]
200 heridos y prisioneros[3]
5 piezas de artillería
muere el mayor Thomas Duchbury, segundo comandante del Rifles
30 muertos y heridos[4]

La Batalla de Corpahuaico, o de la Quebrada o Valle de Corpaguayco o del pueblo de Matará (Acocro /Huamanga) fue un enfrentamiento ocurrido el día 3 de diciembre de 1824 entre las fuerzas de retaguardia del Ejército Unido Libertador del Perú del general Sucre y los cuerpos avanzados del Ejército Real del Perú al mando de Jerónimo Valdés durante las últimas campañas de la independencia del Perú.

La operación de La Serna fue ideada con talento y ejecutada con destreza por Valdés. Ideada para partir en dos el ejército patriota en la quebrada de Corpahuaico, tirar al grueso de Sucre de un lado del valle y dejar del otro el resto de sus tropas al mando de Miller y Lara, para obligar a estos a retroceder a Matará. Si La Serna hubiera logrado su objetivo, Sucre habría quedado reducido únicamente a las dos divisiones de Córdova y La Mar, sin caballería ni artillería ni pertrechos. El desastre habría sido irreparable y con probabilidad el grueso del ejército de Sucre, y él mismo, habrían caído prisioneros días más tarde. Fracasada la campaña, el Alto y Bajo Perú habrían quedado firmemente en manos realistas. "Y Colombia, bajo la pesadumbre de un revés tan espantoso se habría sin duda estremecido, desde Guayas hasta el Orinoco".[5]

El paso de la quebrada[editar]

El día 3 de diciembre de 1824 el virrey La Serna, al mando del grueso del ejército realista en persecución de los independentistas, que habían dejado atrás el pueblo de Matará, al sur, observará al Ejército Unido Libertador "en posición para el paso de la quebrada de Corpahuaico", al norte. Desde el día anterior el Ejército Real había acampado en Matará a la vista de los enemigos. También desfilará a su vista, a las 11 de la mañana, la división de vanguardia, que bajo el mando de Jerónimo Valdés se había separado días antes del grueso realista, recorriendo once leguas, algo más de 60 km, quedando todavía a 5 leguas de distancia. El Ejército Unido se retiraba en dirección norte hacía la pampa de Tambo-Cangallo y la ciudad de Huamanga (actualmente Ayacucho). El general Valdés, con la decisión que le era característica, había realizado una marcha forzada nocturna la noche del 2 de diciembre, dio alcance y atacó a los independentistas a las cuatro de la tarde del día 3.

Orden de batalla[editar]

Orden de batalla
Vanguardia Realista Retaguardia Patriota

Comandante en Jefe

Comandante de División

Oficialidad

Unidades y Comandantes


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  • Nota: el batallón Burgos en 1822 estuvo en Jauja y allí asumió al mando el coronel Juan Antonio Pardo. El nuevo comandante, dada la naturaleza de las campañas de la sierra, reorganizó completamente el regimiento Burgos en el Cuzco, licenció la gente de castas de color de la costa y la reemplazó con gente natural de Cochabamba.

Comandante en Jefe

Comandante de División

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Unidades y Comandantes

Desarrollo de la batalla[editar]

El general O'Leary afirma que "las divisiones de Cordova, La Mar y el general Sucre junto con su estado mayor pasaron con precipitación, sin dejar ninguna compañía, pues no hicieron un solo tiro". La retaguardia formada por el batallón Rifles, de voluntarios británicos mandados por el coronel Arthur Sandes, originario de Dublín, fueron alcanzados perdiendo en el combate un tercio de su fuerza, y muerto otro de sus comandantes, el mayor Thomas Duchbury segundo al mando, terminaron dispersos. Las compañías realistas de Cazadores habían conseguido trepar casi hasta la cresta y dispersar también al Batallón Vargas, pero el general Guillermo Miller logró reunir al Vargas y le hizo proteger a la caballería, cuando está atravesaba el valle de Chonta, sosteniendo el ataque realista hasta lograr la retirada.[9]​ Según afirma él mismo en sus memorias.

Cuerpos republicanos de bien ganada reputación habían sido batidos por el batallón Cantabria apoyado por el batallón Burgos. En esta acción tuvieron ocasión de distinguirse el brigadier Antonio Tur, que mandaba el batallón Cantabria, los coroneles Diego Pacheco y Manuel Sánchez, y el comandante Antonio Aspiroz del ejército real. "Fue tan imponente la violencia del primer choque, que al haber durado el día, las armas españolas hubiesen probablemente conseguido la más completa victoria, porque el ardoroso arrojo de los cuerpos de la vanguardia, particularmente el Cantabria, que arrolló y dispersó al famoso batallón Rifles de Colombia, habrían inflamado la noble emulación de los demás cuerpos del Ejército Real" afirma García Camba.

Prosiguen la campaña[editar]

A pesar de "este serio descalabro", como le llama Miller, la retaguardia conseguirá reunirse al resto del Ejército Unido. Jacinto Lara cuenta que "a las nueve de la noche se me presentó el general Sucre con la mayor tristeza, porque creyó perdida la división, todo el parque y toda la caballería del ejército; cuando fue informado por mí de lo que había pasado". Los Granaderos a caballo de Colombia y de los Andes, que quedaron cortados del grueso del ejército, tomarán el paso de Chonta y conseguirán incorporarse días después.

Pero el Virrey del Perú está imposibilitado para aprovechar el éxito de Jerónimo Valdés. García Camba lo ilustra cuando dice que los realistas "no tenían alas como los condores", y solo con la entrada de la noche el general Alejandro Gonzales Villalobos llegó con refuerzos para auxiliar a Jerónimo Valdés, apenas dos batallones que pudieron disparar algunos tiros. De esta forma con la llegada de la noche la batalla había concluido tras tres horas y media de lucha.

El ataque de Valdés pudo cerrar la campaña de Ayacucho con un desastre para los independentistas, se había cortado casi a la mitad el ejército de Sucre y batida completamente su división de reserva, pero el grueso realista no pudo unirse a tiempo al ataque de su vanguardia. Seis días más tarde el Ejército Real sería destruido por el Ejército Unido Libertador del Perú en la Batalla de Ayacucho.

Notas[editar]

  1. Ramón, Justo (2018). Historia de Colombia. Ediciones LAVP. p. 242. «las bajas pasaron de 700 ». 
  2. Alfredo Guinassi Morán "General Trinidad Morán, 1796-1854: estudios históricos y biográficos" pág. 211
    "La acción de Corpahuaico costó al ejército libertador la pérdida de cerca de 300 hombres muertos y como doscientos entre heridos y prisioneros"
  3. Mariano Torrente "Historia de la revolución hispano-americana" Vol. 3 pág. 485
    "causándoles la pérdida de más de 500 hombres entre muertos, heridos y prisioneros"
  4. Andrés García Camba "Memorias para la historia de las armas españolas en el Perú", Volumen 2, pág. 225
    "la pérdida de los realistas no excedio de 30 hombres"
  5. Vida del gran mariscal de Ayacucho. 1895. p. 398. 
  6. Irish migration studies in Latin America
  7. Provincias Unidas del Río de la Plata: un escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo de Buenos Aires (mencionado también como Granaderos montados de los Andes), fue mandado reorganizar por Bolívar con los jinetes que amotinados en Lurín apresando a sus jefes, no se unieron a los sublevados del Callao (Memorias del general O'Leary. pág. 139. Publ. por S.B. O'Leary en 1883. Escrito por Daniel Florencio O'Leary).
  8. República de Chile: 300 reclutas que llegaron de Chile al puerto de Santa a fines de 1823 al mando del coronel José Santiago Aldunate para completar las formaciones colombianas. Además de la presencia de chilenos en algunos cuerpos del Perú y en los Granaderos a Caballo que llegaron con la Expedición Libertadora del Perú. Los chilenos que pelearon en Corpahuaico fueron 100 hombres que fueron destinados al Batallón Vargas por el general Sucre (Gonzalo Bulnes, “Ultimas campañas de la Independencia del Perú (1822-1826)”, pág. 601)
  9. Rufino Blanco-Fombona, "Biblioteca Ayacucho”, Volume 7, pág. 290

Bibliografía[editar]

  • Daniel Florencio O'Leary. JUNIN Y AYACUCHO. 
  • José Semprún. Capitanes y virreyes: el esfuerzo bélico realista en la contienda de emancipación hispanoamericana. ISBN 84-7823-607-4. 
  • Basadre Grohmann, Jorge. Historia de la República del Perú. Octava edición ISBN 9972-205-62-2. 
  • William Miller. Memoirs [1]
  • Publicación de internet: Redacción de "el Correo de la diaspore argentine". No figura autor ni bibliografía. [2]
  • Arthur Sandes. Biografía [3]
  • Mariano Torrente. Historia de la revolución hispanoamericana. Google Books.